Benedicto XVI piensa estudiarlo
El Instituto Edonkeniano Kaziístico (IEK) de Carapaca, inició un estudio cuyos resultados podrían cambiar la forma de ver el mundo, segun ellos mismos. Ese estudio finalizó la semana pasada, justo cuando se les terminó la subvención, y arroja a la luz unos datos que, sino increíbles, bueno, ¡ya verán!
El resultado es simple: la descarga y uso de ficheros con música comprimida embellece el cuerpo, el alma y posiblemente (aún por confirmar) sea la solución para las disfunciones sexuales.
El Licenciado Mancuso nos explica su procedimiento:
“Utilizamos tres grupos de sujetos experimentales, procedentes de una misma muesca social representativa.
El grupo A no descargó música, y sus miembros se volvieron huraños, agresivos, y a tres de ellos tuvimos que doparlos, pues observamos que empezaban a tener relaciones sexuales contra natura con algunas mesas auxiliares del centro.
El grupo B descargó música, y pudimos comprobar como su aspecto mejoraba ostensiblemente, su cabello cobraba vigor, muchos de ellos declararon que ahora lograban masturbarse a diario. En fin, un éxito. ¡Ah! incluso nos hacían el café, ¿pueden creerlo? Les cogimos mucho cariño a estos picaruelos.
El grupo C fue nuestro gran fracaso. Descargaron música, como el grupo B, pero sin embargo les engañamos para que lo hicieran de sitios de pago. Ellos, confiados, dilapidaron hasta el último céntimo de sus cartillas, y progresivamente se fueron deteriorando física y mentalmente, aunque seguían masturbándose todos los días, como pudimos comprobar. Todos los sujetos de este grupo murieron horriblemente.
Por cierto, aprovecho este medio que me brindan para comunicar a sus familias que pueden pasar a recoger sus cuerpos cuando quieran, que creo que no lo saben.”
Miembros de la SGAE ya se rasgan las vestiduras y toda la piel que hay debajo, y afirman rotundamente que todo esto es muy falso. Teddy Bautista confirma que va a interponer una demanda millonaria a cada uno que pille bajándose un MP3, y que va a ir casa por casa con sus matones a impartir justicia.
En fin cosas de la edad, por si acaso, si suena el timbre de su casa miren antes por la mirilla.
Este artículo y otros más en The Jamonyorker
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